Pensemos en aplicaciones para la identificación por radiofrecuencia en casi todos los aspectos de nuestra vida. Algunos de nosotros ya la utilizamos, por ejemplo, si nuestro carro tiene un chip que puede ser leído una vez nos acercamos a la entrada de nuestra vivienda con puerta de seguridad y permite que se abra para dejarnos pasar.
También será útil cuando se implemente el monitoreo de los pasaportes para agilizar la revisión de documentos cuando existan viajes internacionales y Delta Airlines, por ejemplo, ya ha implementado etiquetas de RFID para hacer más eficiente su manejo del equipaje. Otra aplicación similar podría ser la del monitoreo de las rutas de bus para hacerlos cada vez más puntuales.
De igual forma, las cadenas hoteleras podrán hacer uso de este tipo de etiquetas para agilizar el chequeo de entrada y salida, por ejemplo. Ni pensar en las implicaciones que la explotación de estos recursos tendrían para la seguridad pública, como el control de acceso a áreas restringidas en las corporaciones o el rastreo de vehículos robados.